sábado, 28 de febrero de 2015

La gente me agota.

Sé que estoy más suceptible de lo normal. Pero también es comprensible, estoy en mitad de mis exámenes finales y me parece que todo es a vida o a muerte. Tengo muchas ganas de terminar y empezar a hacer otras cosas diferentes, pero aunque el fin está cerca, cada vez me parece que está más lejos.
Y tengo unas amigas que no lo entienden. No paran de hacer planes, quieren ir a todas partes, salir a todas horas, beber... Y me jode, porque cuando ellas están en las peores semanas del curso, a mí no se me ocurre atosigarla con planes todos los días o con querer estar de marcha todos las noches.

Y antes siempre acababa cediendo, pero este año me propuse ser más egoísta. Ya está bien de estar agobiando al personal.
A veces es que me siento una mujer todoterreno con ellas: amiga, psicóloga, madre, hermana y maestra. Y es como que se cumple lo de ''el que se entrega entero, jamás regresa entero''.
No quiero decir con esto que sea la mejor persona del universo, pero es que estoy harta de que me chupen la sangre. Llega un punto en el que de tanto dar consejos, de ser el pilar de apoyo, de ser comprensiva, te gastas y cuando necesitas estar fuerte, ya no te queda nada. Y no hay feedback.

Y otra cuestión es el dinero. Estoy trabajando, si, pero la bonificación que estoy recibiendo por trabajar no es ni mucho menos un sueldo ''normal''. Estoy colaborando en los negocios familiares, pero vivo en casa de mis padres, como de su comida, hago gasto como cualquiera de este miembro de la familia. Por lo tanto, mis ahorros son muy escasos.
Así que tengo que elegir muy bien en que me gasto mi dinero. Y como todos, prefiero invertir en cosas que de verdad me gustan y me hacen disfrutar. Así que no voy a gastarme la pasta que tenga en ir a festivales en el quinto coño, para estar tirada en una tienda de campaña, atestada de gente. No. Cada vez me gustan menos las aglomeraciones y el barullo. No.

Me gusta ir a la playa, disfrutar del sol, leer un buen libro, dormir en una buena cama. poder darme una ducha tranquilamente, arreglarme para salir a los sitios, tomarme una cerveza o una copa en un sitio sin tener que estar pegando voces constantemente, bailar si la música invita a ello.

Ya estoy el resto del año, mamándome deprisa y corriendo de vodka barato, yendo a los dos únicos pubs de la ciudad que se llenan de gente y de humo, chillando más que conversando y acostándome a las siete de la mañana hecha una piltrafa. Paso.
Es una mierda vivir dónde vivo, pero es lo que hay y procuro no quejarme. Pero cuando llegan las vacaciones, necesito desconectar. Y me repatea que mis amigas, no lo entiendan.
Que lo mismo le dan porculo a las vacaciones de amigas y hago el camino de Santiago, que llevo años queriendo hacerlo. Y me voy sola. Y al menos lo que me gaste, me lo gasto en mí misma y en disfrutar de una experiencia que me va a aportar muchísimo más que una resaca.

En fin... Sigo con los exámenes y con mis cosas.

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo en lo del dinero!!!
    Lo del camino de santiago me mola menos, pero es solo un gusto personal, si te animas a hacerlo bienvenido sea!

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    1. Claro, es que ya está bien de estar agradando a todo el mundo, es agotador.

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  2. Algo que aprendí hace ya años, es que mis amigas no eran mis amigas.
    Eran gente con la que salía, podían ser compis de clase, compis de bares, compis de pubs...Pero no amigas.
    Cuando me di cuenta de eso, las cosas cambiaron bruscamente.
    Si no hay feedback, no hay amistad. Entregarte a una persona y no ser correspondido es una mierda, es agotador. Es bastante frustrante.
    Me dí cuenta de que crecí cuando entendí la diferencia entre 'colegui' y amigo. Y también cuando dejó de atraerme la idea de ponerme pedo, vomitar, la resaca y la sordera.
    Así que mira el lado bueno, te estás haciendo una viejuna.

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    1. No me molesta beber, en absoluto, pero es la forma de hacer las cosas, de tener que estsr complaciendo a todo el mundo. Hay muchísimas cosas que me apetecen hacer y no se me pide opinión. Así que ahora hago lo que me sale del alma.
      Tengo un traumita con la edad.

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