domingo, 27 de marzo de 2016

Odio la gente informal.

Estos últimos días del mes, me están minando la moral con fuerza.

Ya comenté en la entrada anterior que había cambios en mi vida, y la verdad que uno de ellos tiene que ver con el plano laboral.
Justo hace un par de años, abrí con mi madre un pequeño negocio para ayudar a la economía familiar (una tienda de chuches, para ser más específica). Bien, pues ya ha llegado la hora de clausurar dicho negocio.
El caso es que, tengo un supuesto interesado en pagarme el traspaso de la tienda, pero no dice nada seguro. Y esta situación me pone los nervios de punta.
Principalmente, porque yo me voy el jueves, y todavía no tengo nada firmado en firmes.
Hoy me tiene que decir algo seguro, pero ya no me fío de él.

Creo que desde que estudié el ciclo, no soporto dejar las cosas para última hora y me gusta tenerlo todo súper organizado. Principalmente porque siempre a última hora, surgen complicaciones y mil clases de impedimentos para que todo salga bien a la primera. Es mejor tener un poco de tiempo extra para arreglar los contratiempos que vayan a salir (porque salen).

Este estrés, está haciendo que esté comiendo de más. Si a eso le sumamos el hecho de que esta es mi semana roja, pues... catástrofe.
No sé... supongo que cuando entregue las llaves del local, me quedaré muchísimo más tranquila, pero de momento, esto me está generando un estrés que me hace estar insoportable.

Sólo es una protesta.

martes, 22 de marzo de 2016

Después de mucho pensar, esto es una regresión.

¿Sabes esa sensación de cuando escuchas una canción que amabas y te sientes como en casa? Pues eso me pasa con este blog.
Releer, en muchos casos me resulta perjudicial, porque revivo momentos que me gustaría olvidar, pero, también son pequeñeces que han formado parte de mi en algún momento de esta vida.

En todo este tiempo que llevo sin dejar señales de vida, han pasado muchísimas cosas.
Temas de salud, temas de trabajo, incluso hay pinceladas románticas.

Lo bueno de todo esto, es que no suelo acostumbrarme a nada, porque mi vida se ha convertido en un continuo ir y venir de novedades, y no me quiero quedar estática en ningún lugar.
Ahora vienen cambios, en el tema laboral y es que ahora me toca estar más en casa.
No es sólo una cuestión laboral, simplemente a este tema se ha unido también la salud familiar, la necesidad de unión y de aguantar el chaparrón. Y en ello estamos, tensando la cuerda y manteniéndonos fuertes y apiñados.

Me deshecho de un par de personas tóxicas de mi vida. Por supuesto, no son personas que pueda arrancar de cuajo, por un millón de hilos que me unen a ellxs, pero si que he conseguido mantenerlas alejadas de lo que yo considero importante y me siento muy orgullosa de ello. No ha sido para nada fácil, pero ahora mirándolo con tiempo y perspectiva, me ha ayudado bastante a tener una vida mucho más plena y feliz.

Y la verdad sea dicha, aunque ahora mismo no todo son buenas noticias, me encuentro bastante feliz. Valoro mucho todo lo que he aprendido y lo que he evolucionado. He aprendido a estar más sola que nunca y he descubierto que me encanta. Ahora me conozco mucho mejor, en todos los sentidos. No pasa nada por sacar los pies del plato, si realmente eso es lo que quieres. No tienes que hacer lo que hace todo el mundo para sentirte aceptadx.
No sabía lo importante que es hacer lo que realmente le nazca a uno de las tripas, hasta que lo he puesto en práctica.
Y aunque tengo más ataduras que nunca, me siento más libre que nadie, toda contradicción pura soy yo, pero es la única manera de explicarlo.

Quiero volver a escribir, dibujar, plasmar lo que me sale de la sesera. Y lo mejor de todo, es que puedo hacerlo.


Buenos días.