sábado, 6 de junio de 2015

¿Qué voy a hacer? Je ne sais pas.

Cada vez me cuesta más escribir. Más que nada porque siento que estoy siendo extremadamente monotemática. A veces me cansa hablar, porque no quiero estar constantemente hablando del mismo tema.

Lo curioso es como ha reaccionado mi cerebro a esta situación. Bueno, situaciones. Me hace gracia porque de alguna manera, no es ni sana ni normal, pero me ayuda a seguir cuerda.
No sé que es lo que quiero conseguir ya, cuando seguir esperando no es una opción.
 ¿Esperar? ¿Para qué?  ¿A qué?

Tengo momentos de lucidez y de desconexión, que me hacen vez las cosas con objetividad. Quizás esté más enganchada de lo que creía posible. Tengo demasiada dependencia de sus respuestas y eso no es saludable mentalmente hablando. No puedo estar esperando encontrármelo en todos sitios, por muy pequeño que sea esto. En ese aspecto quiero estar tranquila, no quiero que se me retuerza el estómago si veo una cabeza rubia. No quiero estar mirando por encima de la gente, a ver si ha venido. Es que no.

Tampoco quiero odiarlo. Simplemente quiero el vacío. Quiero indiferencia. ¿De qué me va a servir odiarlo? De todas formas, eso es sentir, gastar tiempo en sufrir. No.
No ha hecho nada que merezca que lo odie. Sólo ha sido sacar un montón de cosas que tenía dentro, más cosas de las que creía posible que yo pudiera tener. Pero no está mal, después de todo estoy viva. Un poco más jodida, pero viva. Increíblemente, vuelvo a llorar al leerme.

Quiero descansar de este tema.

Tengo tres exámenes que aprobar y una fiesta de graduación muy cerca. Físicamente me encuentro algo mejor, porque todos los días estoy andando unos 40-60 minutos. Las piernas me las noto más apretadas, desde luego. Pero luego está la puta deformación de mi cerebro, que hace que me vea aceptable a veces, imposible otras.