miércoles, 29 de abril de 2015

Creo que se acabó.

Eso creo. Que ya no me quedan más motivos para luchar. Ya he puesto las cartas sobre la mesa y él las ha tirado al suelo de un manotazo. Creo que ya no voy a ser la misma nunca más.
El problema es que lo he visto hundido. Y me aterra que esté mal, sabiendo que yo puedo hacer todo lo posible por que sea feliz. Pero, no.
Me autoengaño pensando en que no me quiere. No me quiere. No me quiere. Me lo repito cien veces al día, me lo tatuaría a conciencia hasta que me quedase claro. Hasta que mi cabeza no parase de repetir la misma secuencia del sábado noche, una y otra vez.
El alcohol. Las lágrimas. Abrazos. Besos. Susurros.
Estoy acabada.

sábado, 18 de abril de 2015

Pasaba por aquí.

Están siendo unas semanas muy estresantes. Muchos días me apetece escribir, pero cuando llego a casa a las once de la noche, después de haber trabajado durante 10 horas, no me apetece en absoluto encender el portátil y ponerme a pensar.

Este estrés, lo estoy pagando con mi autoestima y con la comida, lo bueno de todo esto, es que cuando como sé perfectamente porqué lo hago, cuando antes tenía ansia por comer, normalmente me atiborraba sin saber el motivo.

El comer viene motivado por el trabajo que tengo, en el que estoy completamente rodeada de chuches y comida basura y son muchas horas muertas, en las que la decepción y el aburrimiento hace de las suyas.
Ya no quiero dejar de picotear ese tipo de comida por la cantidad de calorías vacías que tiene, también lo hago por mi salud. No quiero estar llenando mi cuerpo con esa basura, que no tiene ningún tipo de aporte energético o saludable.

También las discusiones que tengo con mi madre, hacen bastante. Y no son unas discusiones normales, son discusiones que pueden durar 5 horas perfectamente y no es una charla para nada amistosa o tranquila. Hay de todo, reproches, gritos, lágrimas, más gritos, portazos.
Yo sé que hay muchas cosas en las que todavía no he madurado, pero también hay muchas cosas que ella no está haciendo bien y que carga a mis espaldas, y de ahí parten las discusiones más fuertes.
Por eso muchas veces, llego y me voy directamente a la cama, porque sinceramente no tengo ganas de hablar de algo que acabe en una súperdiscusión épica.

Lo bueno, es que en las clases me está yendo bastante bien, sobretodo, porque he cambiado la actitud y quiero terminar bien. Yo sé que muchos de mis problemas, están cimentados en una falta de actitud positiva increíble, pero es lo que pasa cuando te rodeas de gente que está continuamente lamentándose por todo. Que te envuelve un aura de energía negativa y pesimismo plomiza y no te deja tener esperanzas.

Aunque bueno, secretamente las tengo, pero prefiero no decírselo a nadie.

domingo, 5 de abril de 2015

Penosilla.

A veces me cuesta ser constante. Toda la vida me ha pasado igual, tengo un interés naciente por algo, pero enseguida, cuando he descubierto como funciona o qué me aporta, pierdo las ganas.
Con la gente cada vez me va pasando igual.

Leí en alguna parte que las mujeres nos creemos capaces de ver en los corazones de las demás personas, especialmente en el corazón de los hombres. Que nos creemos capaces de entender sus pasiones, sus forma de amar, de querernos y de querer a otros. Pero yo no creo que eso sea así, personalmente creo que es mejor no saber exactamente como funciona todo, porque perdería la ilusión de mantenerme al lado de alguien del cual sabes absolutamente todo. Parece un pensamiento muy simplemente, lo que se traduce en mantener vivo el misterio. Pero detrás de esa simple teoría, es esconde un complejo mecanismo. ¿Cómo haces que una persona te sea interesante? En el momento en el que te plantees esta pregunta, l@ has perdido para siempre.

Estoy de un humor de resaca, aunque no he bebido nada desde hace un par de días. Necesito desintoxicación mental. Me va bien o eso creo, pero los domingos me alteran el humor. Llevo toda la semana con la mano hinchada, no sé que ha podido pasar, ayer me dolían incluso los dedos. Hoy por suerte parece haberse desinflamado algo. Mi plan de ayer por la tarde, consistió en bichear Instagram y ver la tele a medias. Me quedé viendo ''El indomable Will Hunting'' porque él se parece un poco a Matt Damon de joven. Ahora lo veo muy poco, una vez cada tres meses y siempre es de pasada. Me apena que ya no me tenga las mismas ganas que antes. Pero es mejor. La otra historia se fue a la mierda, porque resultó ser otro gilipollas de manual. No tengo suerte en absoluto, o sólo me atraen las causas perdidas, por lo visto.



Por cierto, hoy hace tres meses que no fumo. Bien por mí.