miércoles, 29 de abril de 2015

Creo que se acabó.

Eso creo. Que ya no me quedan más motivos para luchar. Ya he puesto las cartas sobre la mesa y él las ha tirado al suelo de un manotazo. Creo que ya no voy a ser la misma nunca más.
El problema es que lo he visto hundido. Y me aterra que esté mal, sabiendo que yo puedo hacer todo lo posible por que sea feliz. Pero, no.
Me autoengaño pensando en que no me quiere. No me quiere. No me quiere. Me lo repito cien veces al día, me lo tatuaría a conciencia hasta que me quedase claro. Hasta que mi cabeza no parase de repetir la misma secuencia del sábado noche, una y otra vez.
El alcohol. Las lágrimas. Abrazos. Besos. Susurros.
Estoy acabada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario