domingo, 29 de mayo de 2016

Nervios y dudas.

Muchas veces cuando no tengo la inspiración necesaria para dejar un texto lo suficientemente bueno, recurro a Placebo. Me pasa desde que lo descubrí con 14 años, gracias a un amigo que era tan extraño y poco convencional como yo. Y no lo digo con orgullo, porque como siempre, lo que es diferente, asusta.

Ya tengo la ropa preparada para la entrevista. Es algo a medio camino entre lo políticamente correcto y un puntito hippy. El look mujer trabajadora que ofrece Google, me parece ya demasiado manido, con un tufillo añejo, que no deja salirse de los pantalones oscuros y la camisa blanca. 
No quiero ir disfrazada de mujer profesional, lo típico que se pone todo el mundo que sabe que da el pego, he optado por colocarme un vestido de tela suelta, de media manga y un estampado en tonos burdeos, ocres, marrones, y beige. 
Lo cierto es que este asunto es algo que he intentado llevar con la mayor discreción posible, teniendo en cuenta que mi madre (a pesar de su escepticismo) estaba deseando contárselo a todo el mundo. 
Me fastidia bastante el hecho de ser tan supersticiosa, porque creo que cuando compartes tu alegría, hay algún ente maligno que te desea todo lo peor y te lo gafa. Ya sé que soy pesadita con este tema, pero es una incómoda sensación en la boca del estómago de la cual no consigo deshacerme.
Nuevamente, me releeré todo de nuevo, preguntas posibles que puedan hacerme, información acerca de la empresa, qué no tengo que hacer... En resumen todas esas cosas, que todo el mundo se entretiene en memorizar, pero que llegado el momento, se esfuman por arte de nervios.

Este fin de semana ha estado bien, no es que haya hecho nada especial ni espectacular, pero la verdad es que me ha gustado. También influye la perspectiva de que espero buenas noticias, y eso siempre, es una antesala que se agradece y mejora el humor. 

El problema ahora que también me tiene un poco trastocada, es lo de buscar piso. No sé que es mejor, si estar completamente sola durante un tiempo y luego buscar compañeros/as de piso
Lo de compartir vivienda siempre me ha gustado, porque creo que a nivel personal, aporta muchísimo. La única vez que lo hice, me gustó la experiencia y a pesar de que ahora, casi ya no tenga relación con esas chicas, guardo un excelente recuerdo tanto de ellas, como de la convivencia en sí. Te hace tener más paciencia, ser más amable, más empática.  
Y ya en lo económico, pues te ahorras un pequeño pastizal. Los alquileres dónde voy, son baratitos, pero no es que yo vaya a tener el sueldo de un político. 
Pero, también me apetece estar completamente sola, porque es algo que no he vivido todavía. De alguna forma creo que también es algo que tengo que vivir. 
Con el plus de que tendré mi ansiada intimidad. Y la casa sólo para mi. 

Igual estoy lanzando muchos cohetes al aire sin tener nada todavía en mis manos. 
No vendas la piel del oso, antes de cazarlo. 

En mis oídos: 
-20th Century Boy.
-Special Needs.
-Where is my mind?

3 comentarios:

  1. Me parece una buena idea, es mejor ir más tú que ir "disfrazada" con un traje. Me alegro mucho por ti, ya nos irás contando wapa!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Me parece una buena idea, es mejor ir más tú que ir "disfrazada" con un traje. Me alegro mucho por ti, ya nos irás contando wapa!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  3. A ver esta bien tener tu independencia y una casa para ti te permite hacer lo que quieras cuando quieras. La opción de compartir también es buena, conocerás a gente y tendrás planes seguro.

    Todo tiene pros y contras. Mi consejo, o lo que yo haría, compartir al principio y vivir sola después.

    ResponderEliminar