domingo, 19 de octubre de 2014

Domingo 6.

Me pongo Red Hot Chili Peppers a todo trapo. La música pasa directamente desde los cascos hasta mi cerebro, casi puedo sentir las sacudidas de éste dentro de mi cráneo.
Meet me at the coffee shop, we can dance like iggy pop.

Me parece que todos los domingos de Octubre son iguales. Gris bochornoso, con una temperatura impropia del mes en el que estamos. Mi habitación está completamente desordenada, con la ropa limpia mezclada con la sucia, el maquillaje esturreado por todas partes, no me extraña que luego no encuentre nada.
Me huele a lunes y me pesan más los huesos sólo de pensarlo.Cada domingo es como un día de redención, por los pecados cometidos, los reales y los imaginarios.
Mañana estudio. Mañana dejo de fumar. Mañana dejo de pensar en él.

Nunca me había parado a pensar que hay personas que son como retortijones en el tiempo. Que no importa el tiempo que pase ni con quién estés o no, siempre que te dirijan la palabra, el estómago se te encogerá para convertirse en una esponja retorcida, chorreando nervios y bilis.

Hace ya un par de meses que no lo veo, pero malditas tecnologías siempre te dan la oportunidad de estar en contacto.
Y casi me lo imagino en su casa, con el portátil encima del escritorio, medio desnudo y la música perforándole los tímpanos mientras estudia cualquier mierda para mañana. Y eso que es un pésimo estudiante.
Ahora está con otra, pero sé que yo le haría mucho más feliz. Supongo que es algo con lo que me gusta consolarme.
Puede ser más guapa, más alta y más delgada que yo, pero no puede comprenderle al nivel que yo lo hago.
Es más que todo eso... pero se me han quitado las ganas de escribir.

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