viernes, 18 de agosto de 2017

Regreso.

Parece mentira, pero esto se acaba echando de menos.
Ha pasado más de una año, desde mi última entrada y la verdad, es que mi vida ha sido un auténtico vaivén de sucesos, que no me ha hecho estar para nada tranquila.
Muchas han sido las veces que he querido entrar aquí, relatar un poco que estaba siendo de mí, pero al final entre tantos cambios y ajetreo, me iba desmotivando a la hora de escribir.

No obstante, he seguido leyendo a muchas de las personas con las que empecé mi primer blog, allá por 2010 creo, 7 años desde que cree mi espacio virtual, mi presencia aquí.
Me alegra saber que la mayoría han ido evolucionando casi en todo, aunque siempre haya pequeñeces que nos trastornen un poco la existencia, pero el balanace, es positivo.

No sé ni por dónde empezar.
Podría hacer un resumen muy esquemático desde julio de 2016 hasta hoy dieciocho de agosto, pero nunca he sido de esas personas prácticas y concretas, más bien he divagado mucho a la hora de dar explicaciones por aquí.
El trabajo al final, acabó por minarme la autoestima y la energía. Tenía una jornada laboral de 10-12 h diarias en un barrio un poquito conflictivo de mi casi-ciudad, que hacía que cada madrugada (porque acababa sobre las 2 de la mañana, la mayoría de los días), volviese a casa con el corazón en un puño, temiendo que cualquier desgraciado estuviese esperándome al salir.
Es curioso, pero en estos trabajos, si eres mujer, tienes miedo de forma instintiva, porque es muy fácil acosar, comentar, "piropear", insinuar, sin que realmente suceda nada.
Después de casi 8 meses, opté por mi salud mental y física, y decidí marcharme. Porque sí, perdí kilos, gané en dolores de estómago y en ansiedad. Una delicia.

Me enamoré. Hasta las trancas, de forma desesperada y poco sana. De forma completamente dependiente, tanto física como emocionalmente.
Como nunca antes había dependido de nadie, y eso me asustaba y encantaba al mismo tiempo.
Toda mi vida he sido yo sola, sin nadie más. Y de repente me veía completamente enganchada como un drogadicto a la heroína. Me agobié.
La verdad es que ha sido una relación muy tormentosa, pero auténtica. De hecho aún estamos juntos, aunque han cambiado mucho las cosas de unos meses hasta ahora. Tanto, que a veces creo que es mentira.

Volví a casa de mis padres, en busca de estabilidad mental. Y aquí sigo, aunque la estabilidad mental aún no ha regresado. Sigo buscándola.
Supongo que paso por aquí para decir que estoy viva, y creo que "bien".
No sé si quedará alguien que siga leyéndome, pero si es así, espero que tú también estés bien.

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