domingo, 12 de junio de 2016

Saber estar sola.

Pues si, es oficial. Beber me sienta como una patada en el culo.
Y no lo digo por la resaca, porque realmente, lo que siento es cansancio y pesadez en las piernas y en los brazos, pero me pone de un humor realmente melancólico.
Se supone que el alcohol estimula, se ve que en mi caso la estimulación que se produce será en el botón cerebral de la depresión y la pereza.
Siento como una capa invisible de nicotina y apatía me oprime poquito a poco el pecho. Noto la boca pastosa a pesar del cepillado de dientes y como el pelo enredado lucha por liberarse del confín al que lo he condenado.
No voy a darle mucha importancia a lo que escriba hoy, porque es obvio que me encuentro de un humor lúgubre y poco dispuesto a buscarle el lado positivo a las cosas. 
Será que de alguna manera, hoy que estoy pasando el 95% del tiempo encerrada en mi dormitorio, me he deshecho de la careta de mujer independiente y autónoma.
A pesar de todo lo que ha sucedido en este último año, refiriéndome a tema amor/desamor, de alguna manera siempre habrá un trocito pequeñito de mi, que se sienta apenado. 
Seguramente esté escribiendo todo esto, porque anoche entre el barullo de la gente, de los vasos de alcohol y de los tacones, lo ví otra vez.
La parte buena de todo esto, es que no salí corriendo. No me escondí. Reconozco que estaba lo suficientemente lejos como para que me pudiera ver con facilidad, aún así, no tan lejos como para pasar completamente desapercibida.
No quise hacer un repaso visual exhaustivo, porque no me parecía sano ni lógico. Y me alegro de no haber hablado en toda la noche y no haber cruzado ni una sola mirada. 
Tampoco noto ya ese puñetazo en el estómago cada vez que lo veo. Ese era uno de mis grandes temores, el encontrármelo en algún sitio y sentirme pequeñita.
Sé que dije en una entrada anterior, que era mentira cuando sentía que ya no sería nunca la misma. Y no lo niego, porque es cierto que yo pensaba que no me iba a recuperar, al menos esa alegría que de forma habitual suelo regalar.
Eso sí que lo he recuperado, pero también es cierto, que sí que me he vuelto algo más fría. Que no me venía mal, porque la verdad que ser tan pasional casi siempre me ha perjudicado más que beneficiado.
Y no es exactamente "frialdad" el término, lo veo como una reafirmación de amor propio. Y es que ayer lo hablaba con una amiga. Que yo creo que la herida de muerte de muchas relaciones, es el no saber estar solo. Desde mi punto de vista, creo que hay que saber estar en una comunión perfecta con uno mismo, con algunos matices por supuesto, pero tener pleno conocimiento de todas nuestras aristas. Saber de que pie cojeamos y por qué. Que nos asusta. Que nos hace perder los papeles. Que nos ayuda a tranquilizarnos. Que nos pone el pelo de punta. Que nos remueve las entrañas.

Yo creo que ahora estoy en ese proceso. Pero, como se puede leer, no está siendo fácil.
Hay ratos que me pica la necesidad de saber que hay alguna persona que se pregunte qué estoy haciendo. Pero no puedo suplir las carencias de muchas de esas cosas, con una pareja.
Al menos creo que no es el momento.

4 comentarios:

  1. ¡¡El alcohol es un depresor!!! ¡¡Nada de estimulante!!!

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    1. No tenía ni idea chica. Pensaba que era totalmente lo contrario.
      ;)

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  2. Ya me hubiera gustado a mí darme cuenta antes!!!!! Me ha costado superar la ruptura, eso sí, ahora, como tú bien dices, me valoro más, me tengo más en cuenta y, sobre todo, me perdono los defectos. Ahora que estoy bien, a gusto en mi pellejo, embarcarme en una relación sería algo muy meditado, muy valorado y con todo muy claro de antemano....Hay días que parece que no has avanzado nada, pero créeme, llegar a esa conclusión en un solo año, me parece de una madurez y entereza pasmosa. Cuídate mucho.

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    1. Creo que aunque haya sido hace sólo un año, en realidad, ha sido la suma de una serie de aprendizajes que he vivido desde la adolescencia hasta ahora, que me considero "adulta". Me ha venido bien pegarme el bofetón de realidad, porque tenía muchos pájaros en la cabeza, y creo que este hecho me ha hecho espabilar y como tú dices, tener muy claro que quieres y que no.
      Un besito.

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