martes, 6 de enero de 2015

Estoy cansada.

Hoy tengo una pena que me supera.
Noto un vacío al final del estómago, una bolita que pesa como el cemento y se hunde en mis entrañas.
No paro de soñar, a veces mis sueños me producen dolores de cabeza, me levanto con el cuello y la mandíbula dolorida, y eso que son sueños bonitos. Lo curioso es la cantidad de sueños lúcidos que estoy teniendo últimamente, en los que casi siempre soy muy feliz, tengo aquello que en el presente me falta, pero soy consciente de que es un sueño, entonces todo se esfuma.
En ese momento de conciencia, es cuando las personas que me hacen feliz, se desvanecen a mi alrededor, desaparecen. Y me despierto y me duele haber soñado.

A veces lo que me duele es saber lo sola que estoy. Porque creo fielmente, que las personas que no saben, son mucho más felices. La verdad es fea, la verdad es un puñal incandescente. Se te clava, y produce una quemadura incurable o que como mucho, te abandona dejando tras de si, un fea cicatriz.

Me pregunto si se puede echar de menos algo que nunca se ha tenido. No sé si esa es la expresión adecuada, o más bien, sería completar una función básica. Igual lo que me pesa es el amor que todavía no he dado. Pero a veces, es que me parece que es una pérdida de tiempo muy grande. Es regar una planta que es de plástico. No sirve absolutamente de nada.

Por eso igual voy con los hombros caídos, la cabeza gacha y los ojos clavados en el suelo. Es lo único que te sostiene, algo fuerte, frío y duro, algo real, algo palpable.

Ahora mismo no quiero seguir así. Necesito que me pasen cosas maravillosas, tener un poquito de ilusión y fantasía, que esta racha de apatía y simpleza se acabe. No quiero que pase otro año más, y que no me haya sucedido nada espectacular. No quiero ser una actriz secundaria, en esta película que es mi vida. Ya no más.

1 comentario:

  1. No tengas miedo de tus sueños, mas bien prestales atención. Siempre hay cosas que tu inconsciente te esta diciendo, e ignorarlas no es bueno. Besos!

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